🔍 1. No ven valor claro.
“¿Y eso para qué me sirve?”
Si el usuario no entiende de inmediato qué gana o por qué vale la pena usarla, simplemente no se interesa.
Solución:
Muestra beneficios visibles y rápidos, como:
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“¡Te damos un café gratis al registrarte!”
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“Cada 5 compras, te regalamos algo.”
😩 2. Es complicado registrarse o usarla.
Si la app pide muchos datos, tiene muchos pasos o no se entiende cómo usarla, el cliente se frustra.
Solución:
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Registro en 1 clic (por WhatsApp, QR o número de teléfono).
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Interfaz clara, sin tantas opciones.
🧠 3. Se les olvida que existe.
Aunque la descargan, no recuerdan abrirla o no tienen razones para volver a usarla.
Solución:
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Notificaciones simples (“¡Tienes puntos para canjear!”).
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Premios frecuentes o pequeñas sorpresas (“¡Felicidades! Hoy duplicas puntos”).
🧾 4. No entienden cómo se ganan los puntos.
Si las reglas son confusas (“1 punto por cada $17.50 gastados entre semana, pero no aplica en promociones…”), pierden interés.
Solución:
Reglas claras, por ejemplo:
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“1 peso = 1 punto”
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“Cada compra acumula puntos automáticamente”
💬 5. No se promueve bien.
Muchos negocios crean su app, pero no la anuncian ni la explican. El personal no la menciona, no hay carteles, nadie invita.
Solución:
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Promoción activa en el punto de venta: “Escanea este QR y empieza a ganar puntos”.
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El personal invita: “¿Ya tienes la app de recompensas? Te damos puntos por esta compra.”
🏆 6. Las recompensas no son atractivas o tardan mucho.
Si hay que esperar meses o gastar mucho para recibir algo, el usuario pierde motivación.
Solución:
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Recompensas pequeñas desde el inicio (por ejemplo: un producto pequeño gratis, un descuento rápido).
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Premios más grandes, pero opcionales.